EN La dama de hierro, el reciente biopic sobre Margaret Thatcher, los guionistas juegan habilidosa y torticeramente con el personaje. Es imposible no sentir simpatía por esa viejecilla con Alzheimer que echa de menos a su marido. Pero esa es la misma señora que desmanteló, con insidia de zapador, la industria pesada británica. Igualmente, es imposible no sentir empatía por un anciano derrotado, arrepentido y recién salido del hospital. Pero la cuestión no es que se haya matado a Dumbo o que un rey pida disculpas históricas. No es particular, es general; no es personal, son negocios. Caza y casas reales son manifestaciones de un anacronismo obsceno más allá de si un monarca resulta ejemplar o despreciable. Al menos, el delirio surrealista en el que parece estar sumida la Casa Real ha sacado a la luz cuestiones que eran tabú hasta hace nada. Se discute y corre el aire. Y no, no soy muy de coronas. Bien pensado, si una no cree en príncipes, ¿cómo va a creer en reyes?.
(Entrada original aquí)
cuerdas desatadas 
Comento para añadir una idea personal, Pilar, si me permites. La peli de la Thatcher, como la de la reina Isabel de Inglaterra son muestras de cómo se está usando el cine para lavar (o ensuciar si se da el caso) la imagen de algunos personajes políticos. Aquí en España se ha hecho con el Rey en series de televisión. Supongo que será cuestión de no mucho tiempo que lo veamos blanco y limpito en el cine en algún biopic a medida.
Por no hablar de las series…
Pero sí. No dudo que un día lo veremos protagonizar alguna cosa titulada Cazador blanco, corazón tan blanco, o algo así
Lo mismo pasó con Pinochet cuando lo sacaron de aquel avión en silla de ruedas dando la imagen de un viejo decrépito más cerca del arpa que de los violines… pero no nos olvidemos que luego estaba en su casa de pié y tan ricamente… No soy juez de nada. Creo que a cada uno nos juzga la vida pero las personas a las que hacemos daño no pueden olvidar tan fácilmente, tengamos 10, 40 u 80 años. Hay cosas imperdonables.
Supongoespero que las monarquías tienden a extinguirse en las sociedades no esquizofrénicas. Y sí, «anacronismo» es la palabra que mejor define la cosa.